La cefalea entre padres e hijos son situaciones que, en ocasiones, desbordan a los primeros.
1. Cuida el estilo general de la relación, sin esperar a los momentos críticos:
Trata a quienes te rodean como invitados.
Premia, estimula y alaba.
Valora también los esfuerzos y mejoras.
2. Aprende a leer las conductas de tus hijos y enséñales a que también ellos lo hagan:
Ignora las conductas inadecuadas no destructivas que tratan de atraer tu atención.
Ayúdale a comprender sus sentimientos pero señálale los límites:
- Traduce el sentimiento latente.
- Mantén la negativa con firmeza.
3. Recuerda que los desacuerdos son normales en toda relación:
Dos no se pegan si uno no quiere.
Tu hijo y tú tenéis derecho a los “malos días”. Y, sobre todo, tenéis derecho al perdón.
4. Algunos de los desacuerdos merecen una pelea. La mayoría no.
Jerarquiza la importancia de los temas y actúa en conformidad con su importancia educativa.
Expresa tu enfado de forma breve y sin responder a las protestas.
Marca un tiempo de reflexión.
Establece, de común acuerdo con tu hijo las reglas que eviten que esa situación se repita y sed coherentes con ellas.
Actuad con coherencia y exigidla, ambos cónyuges.