El grupo municipal socialista hace balance de este primer año de legislatura que califican como “particular e intenso”. “Una legislatura que empezó de manera convulsa, pero que tras el cambio de gobierno municipal ha despegado y la convivencia está en fase de crucero”.
Según la portavoz socialista en el Ayuntamiento, Marina Curiel “tras las elecciones del 28M, los ciudadanos decidieron que el Partido Socialista de Pamplona tenía que ser la llave de la política municipal”. “Desde la oposición pudimos comprobar cómo UPN, esta vez con Cristina Ibarrola a la cabeza, estaba perdiendo la oportunidad de gobernar Pamplona desde el consenso, el diálogo y la transparencia”.
En la misma línea, los socialistas insisten “la actitud soberbia de UPN se tradujo en una ciudad en declive que dejaba en estado vegetativo proyectos importantes para nuestra ciudad: el Paseo Sarasate, la financiación de los Fondos Next Generation, Pío XII, o el nuevo Plan LGBTI eran una utopía” y añaden “desde el PSN avisamos al entonces equipo de gobierno de UPN que se nos estaba acabando la paciencia” “La agenda de la alcaldesa Ibarrola no representaba a la ciudadanía de Pamplona”.
Al mismo tiempo, aseguran que “en los primeros 6 meses tras el cambio de gobierno, Pamplona ha experimentado una transformación significativa impulsada por el Partido Socialista: hemos desbloqueado el Paseo Sarasate, hemos aprobado un Plan de Vivienda Asequible, además de unos Presupuestos progresistas que incluyen la resignificación del Monumento a los Caídos, el polideportivo o el parque de skate en Buztintxuri o el Civivox del Ensanche”.
En definitiva, los socialistas recuerdan “estamos comprometidos con Pamplona porque la política municipal es estar en la calle, no hacerse un despacho individual a medida”. “Pamplona es una ciudad con un futuro brillante, por eso, es fundamental que sigamos apostando por el progreso real y tangible” “Somos la alternativa a la derecha para liderar el Ayuntamiento de Pamplona”.