Pamplona fue escenario este jueves por la tarde de una multitudinaria manifestación que recorrió las calles del Casco Viejo bajo el lema «Por el derecho a la vivienda. ¡Acabemos con el negocio!». Convocada por diversos colectivos sociales y sindicales,como el sindicato socialista de vivienda, la movilización puso el foco en la creciente crisis habitacional que afecta a Navarra y al conjunto de Euskal Herria. Durante el recorrido, se escucharon consignas contra el negocio de la vivienda y las instituciones que, según los organizadores, contribuyen a perpetuar el problema.
El manifiesto leído al final de la protesta denunció con contundencia la precariedad que sufren amplias capas de la población en su acceso a una vivienda digna. «No se trata de un problema coyuntural, sino de un sistema que siempre ha funcionado así, priorizando el beneficio de grandes y pequeños propietarios sobre las necesidades sociales y colectivas», afirmaron.
Denuncias y llamamientos
Entre las principales denuncias destacaron la situación de las personas sin hogar —alrededor de 300 en Pamplona, según los datos aportados por las organizaciones— y el impacto de los pisos turísticos y la especulación inmobiliaria. También se puso sobre la mesa el papel de los «partidos progresistas», acusados de proponer «falsas soluciones» que no resuelven el problema estructural.
La manifestación sirvió además para convocar a la ciudadanía a una movilización unitaria en Bilbao el próximo 14 de diciembre, organizada por los sindicatos de vivienda de Euskal Herria, a la que ya se han adherido 180 colectivos, más de 30 de ellos navarros.
La raíz del problema
En su lectura final, las personas portavoces criticaron la creciente brecha entre los salarios y los precios de los alquileres, que han subido «hasta cuatro veces más que los ingresos de la clase trabajadora». Asimismo, alertaron de las consecuencias de las políticas actuales, que calificaron de insuficientes: «Mientras miles de viviendas permanecen vacías, otras se destinan al turismo o a mercados de lujo, y las soluciones pasan por financiar el negocio de bancos y especuladores».
La protesta concluyó con un mensaje claro: «Frente al negocio de la vivienda y la connivencia de los políticos, necesitamos un movimiento amplio que garantice el derecho universal a una vivienda digna». Las reivindicaciones seguirán, aseguraron, en las calles y en las instituciones, con el objetivo de lograr «una transformación profunda que ponga fin a este sistema desigual».
Próximos pasos
La manifestación de este jueves fue una muestra más del creciente descontento social en torno a la crisis de vivienda, una problemática que no deja de agravarse y que seguirá marcando la agenda de los movimientos sociales. Todo apunta a que la cita de diciembre en Bilbao será otro importante capítulo en esta lucha colectiva.
