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"Incluso respetando a la religión, la cultura y la estructura social de los indígenas, la colonización terminaría por ser un fracaso"

Los grandes pensadores y propulsores del liberalismo de los siglos XVIII y XIX han sido aclamados por su defensa de las libertades..

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  • María José Villaverde (Universidad Complutense de Madrid) ha ofrecido un seminario en el marco del Reto ICS 24-25 ‘Orientalismo y occidentalismo: mira

Los grandes pensadores y propulsores del liberalismo de los siglos XVIII y XIX han sido aclamados por su defensa de las libertades. Sin embargo, al mismo tiempo, muchos de ellos han sido criticados por su posición ante el colonialismo. Es el caso de Alexis de Tocqueville, pensador y político francés del siglo XIX, quien ha sido criticado por su postura ante la colonización de Argelia por parte de Francia. María José Villaverde, experta de la Universidad Complutense de Madrid, analizó las luces y sombras de Tocqueville durante su conferencia ‘‘Tocqueville, la colonización de Argelia y la ‘cuestión de Oriente’” enmarcada en el Reto ICS 24-25 ‘Orientalismo y occidentalismo: miradas cruzadas’ del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra.

Según la experta, en el siglo XIX el colonialismo ya se veía como un movimiento imparable. Con esto en mente, los propulsores de las libertades civiles buscaron sacar lo mejor de esta situación y consideraban los movimientos expansionista europeos como una forma de llevar las libertades conseguidas en Occidente a los pueblos colonizados. Además, en el caso de los pensadores franceses, la colonización de Argelia era una forma de mantener el dominio francés en el Mediterráneo ante la amenaza del imperialismo de Reino Unido.

Para la investigadora, esto no estaba reñido con su defensa de las libertades y la democracia: a finales del siglo XVIII, en Francia, los intelectuales critican la existencia de colonias esclavistas. Villaverde ha explicado que surgió un movimiento anti-esclavitud y abolicionista, del que Tocqueville formaba parte, y que buscaba “construir colonias en África que no sean esclavistas y que ayuden a la población africana a modernizarse, a democratizarse y, al mismo tiempo, útiles para la metrópolis”.

Villaverde ha puntualizado que los políticos y pensadores de la época, primero, miraron con ilusión esta forma de democratizar y, luego, acabaron viendo que estaba abocada al fracaso. Sin embargo, los viajes de Tocqueville a Argelia en 1841 y 1846, en calidad de ministro francés, le hacen reconsiderar su postura. “Incluso respetando a la religión, la cultura y la estructura social de los indígenas; la colonización terminaría por ser un fracaso”, ha indicado la experta. Aunque, Tocqueville abogara en un inicio por un mestizaje con los indígenas, comprobó que el odio y el dominio que provoca la colonización era imposible de eliminar y las revueltas eran inevitables.

De este modo, para la investigadora se puede comprobar cómo la teoría de los principios liberales es difícilmente llevada a la práctica por los gobiernos. “A medida que se van viendo los obstáculos, pasan de los principios liberales y acuden a la violencia”, ha expuesto. Ante esta situación, Tocqueville es muy criticado ya que “se calla”. A pesar de sus artículos en prensa e intervenciones previas, muy críticas con la colonización francesa. Villaverde ha explicado que esto se debía a que él era parte la comisión de la Asamblea Francesa que debía redactar los informes sobre la situación en Argelia, donde sí se denuncia la brutalidad de la política con indígenas y colonos. Además, Tocqueville pretendía encauzar la situación presentándose como futuro gobernador de Argelia, “por eso, no hay más denuncias”. Cargo que, finalmente, no llegó a ostentar.

 

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