Este sábado 31 de agosto, Liédena se llenó de color y ritmo gracias a un doble evento organizado por la Asociación Círculo de Liédena, que convocó a socios, vecinos y al público en general a una jornada que fusionó arte y música en un ambiente festivo y participativo.
Por la mañana, el evento dio comienzo con una innovadora actividad que combinó la pintura y el vino. Los participantes, sin importar su experiencia previa, tuvieron la oportunidad de mostrar sus habilidades artísticas sobre un cuadro base, aplicando técnicas de acuarela, aerógrafo y estampación. Guiados por los consejos y la experiencia de la artista Cristina Narvalaz, de la sala Obeya, los asistentes se dejaron llevar por su creatividad y disfrutaron del proceso de creación artística en un ambiente relajado y colaborativo.
El taller, que no solo fue una experiencia artística sino también una ocasión para disfrutar de un buen vino en buena compañía, destacó por su espíritu inclusivo y por el entusiasmo con el que los participantes se sumergieron en la actividad. Narvalaz, con su cercanía y saber hacer, logró sacar lo mejor de cada uno, transformando la mañana en un verdadero escaparate de talento y originalidad.
Por la tarde, el grupo Katxarrakos tomó el relevo para animar la sociedad con su rock potente y fresco. El sonido vibrante de sus guitarras y su energía desbordante hicieron bailar a todos los presentes, convirtiendo la sociedad en una auténtica fiesta.
