Este sábado, ha fallecido en Pamplona, a los 74 años, Alban d'Entremont, profesor emérito de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra.
Nacido el 24 de marzo de 1950 en Yarmouth, (Nueva Escocia, Canadá), comenzó su formación académica en las universidades canadienses de Sainte-Anne y de Ottawa, especializándose en Sociología y Economía. En 1971, después de graduarse por la Universidad Sainte-Anne, se trasladó a Pamplona para continuar sus estudios de posgrado en Geografía e Historia en la Universidad de Navarra. Se doctoró en 1982 con una tesis sobre "La población de España, estudio geográfico", bajo la dirección del profesor Manuel Ferrer, con quien colaboró estrechamente en su vida profesional.
Su labor académica e investigadora en la Universidad de Navarra se desarrolló a lo largo de más de tres décadas, hasta su jubilación en 2015. Impartió las asignaturas de Geografía Humana, Económica y de la Población en la Facultad de Filosofía y Letras; y de Población, Ecología y Medio Ambiente en la Facultad de Ciencias. También desempeñó diversas labores de gestión y de gobierno. Fue secretario del Instituto de Artes Liberales y del Instituto de Lengua y Cultura Españolas (ILCE) entre 1979 y 1985; director del Instituto de Artes Liberales (1991-1996); y director del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio (1994-2011). Asimismo, entre 1991 y 1996, fue examinador-jefe de Geografía en la Organización del Bachillerato Internacional.
A lo largo de su trayectoria, contribuyó al desarrollo de la investigación geográfica y demográfica con publicaciones diversas, entre otras "Geografía económica" (1997) y "Diez temas de demografía" (2001). También colaboró con diversas instituciones, entre otras, la Unión Geográfica Internacional, la Fundación Metrópoli, el Instituto de Estudios Pirenaicos, y la Asociación Española de Estudios Canadienses, o el Pontificio Consejo para la Familia. En 1971, recibió la Medalla del Gobernador-General de Canadá.
Julia Pavón, decana de la Facultad de Filosofía y Letras, ha destacado de él "su calidad humana y su cercanía": "Siempre tenía alguna anécdota para compartir y hacer de las conversaciones algo más que un estricto diálogo de entorno académico. Asimismo, le gustaba estar al día de los avances de su disciplina, que compartía con sus colegas y alumnos. Era un apasionado de la universidad. Echaremos de menos especialmente su sentido del humor".