Volver a levantar el árbol caído, dotarlo de vida, de luz y de solemnidad. La exposición ‘Cuatro formas’, del artista pamplonés Javier Poveda, juega con todos estos conceptos en un espacio como el Horno de la Ciudadela, en el que la iluminación juega un papel fundamental. El propio autor, junto con el director del área de Cultura, Fiestas, Educación y Deporte, Íñigo Gómez Eguíluz, han presentado la muestra, que podrá visitarse hasta el próximo 30 de junio.
En ‘Cuatro formas’, Poveda recurre a troncos de roble serrados, sobrantes de un proceso industrial. Son, tal y como explica el propio artista, anillos centrales de árboles talados, que, por su dureza, la sierra no pudo herir. Apiladas, a la intemperie durante años, esas piezas han cambiado, han evolucionado y han envejecido, adquiriendo un aspecto que poco o nada tiene que ver con el original. La apuesta de este artista pamplonés pasa por volver a dotarles de vida. Y, para ello, es clave devolverles a su posición original. Las piezas, dispuestas de forma vertical, convierten el Horno de la Ciudadela en un espacio diferente, en el que se produce un juego de formas, colores, sombras y luces que dan protagonismo a esos troncos.
Los troncos forman un conjunto y la materia se transforma en imagen al mismo tiempo que lo pesado se vuelve liviano y la pintura quiere ser pintura. De hecho, los troncos, oscuros por el paso del tiempo, se han pintado, simulando los colores que los madereros usan para marcar los tocones. Así, toda la instalación es una mescolanza de madera, oscuridad, negro-carbón, color y aparición/ocultación, gracias al juego de luces, que evocan al visitante un lugar de culto o, incluso, una cabaña.
La madera, seña de identidad de Poveda
El artista Javier Poveda (Pamplona, 1982) lleva años explorando y experimentando las posibilidades de la madera como elemento artístico. Formado en la Escuela de Arte de Pamplona, tras un tiempo dedicado al trabajo artesanal centrado en la restauración de instrumentos, se embarca de lleno en el mundo de la escultura.
Su primera exposición, en 2017 en la Escuela de Arte, ya llevaba por título ‘Roble’, toda una declaración de intenciones, que ha ido marcando su devenir artístico año tras año. Un año después, en 2018, el Horno de la Ciudadela se convirtió en el espacio para presentar ‘Cornelius’, una obra sobre madera de roble policromada, en la que la luz empieza a jugar un papel determinante.