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¿Se está preparada la red eléctrica para la movilidad eléctrica masiva? Retos y soluciones desde la ingeniería energética

La movilidad eléctrica ha pasado de ser una tendencia minoritaria a convertirse en una prioridad estratégica para gobiernos, empresas y consumidores. Sin...

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La movilidad eléctrica ha pasado de ser una tendencia minoritaria a convertirse en una prioridad estratégica para gobiernos, empresas y consumidores. Sin embargo, mientras las ventas de vehículos eléctricos (VE) crecen exponencialmente, una pregunta crucial surge entre ingenieros energéticos y profesionales del sector: ¿Está realmente preparada nuestra infraestructura eléctrica para soportar esta demanda creciente?

Actualmente, España cuenta con más de 300.000 vehículos eléctricos en circulación y se espera superar los cinco millones para 2030. En 2024 se han vendido un total de 57.259 coches eléctricos en España. De los cuales, 32.480 han sido vendidos a particulares, 13.413 a empresas y 7.231 en renting para empresas. Este rápido incremento, aunque a principios de 2025 ha padecido una frenada notable por las políticas discordantes del gobierno actual, y los cambios en el gobierno americano; genera inquietudes sobre la capacidad real de la red eléctrica nacional, especialmente en las horas punta. La preocupación principal no radica únicamente en la producción energética, sino en la distribución y gestión de la demanda.

Desde el punto de vista técnico, la carga simultánea de vehículos eléctricos en determinadas franjas horarias podría ocasionar problemas críticos, tales como sobrecargas locales en transformadores, caídas de tensión e incluso interrupciones en el suministro eléctrico. Este escenario, aunque teórico, comienza a tomar forma real en áreas urbanas densamente pobladas con infraestructura eléctrica envejecida o insuficientemente dimensionada.

Ante este panorama, la ingeniería energética tiene un papel clave en la búsqueda de soluciones viables. Tecnologías como la gestión inteligente de la demanda (DSM), almacenamiento energético distribuido (baterías locales y domésticas) y la generación distribuida renovable se perfilan como alternativas esenciales para evitar escenarios problemáticos.

Por ejemplo, implementar sistemas inteligentes de carga (smart charging) que redistribuyen la demanda a franjas horarias de menor consumo podría reducir significativamente la tensión en la infraestructura actual. Además, los avances en almacenamiento energético ofrecen oportunidades para almacenar energía renovable excedente en horarios de baja demanda y utilizarla en los momentos pico, generando una sinergia estratégica que estabiliza la red.

Pero estos cambios no son sencillos ni baratos. La actualización de redes eléctricas requiere inversiones sustanciales, planificación rigurosa y coordinación entre administraciones públicas, operadores energéticos, empresas tecnológicas y consumidores. ¿Estamos dispuestos como sociedad a afrontar estos costes ahora, o preferiremos asumir mayores riesgos y gastos futuros derivados de posibles colapsos energéticos?

La discusión debe ir más allá del debate técnico y económico, llegando a la concienciación ciudadana sobre el uso eficiente de la energía. La eficiencia energética no es únicamente cuestión de tecnología e ingeniería, sino también de hábitos y concienciación social. Ingenieros energéticos y profesionales del sector debemos impulsar esta conversación.

Como ingeniero profesional en eficiencia energética, Xavier Palacios, invita a reflexionar y debatir sobre estas cuestiones clave: ¿Cuál es la prioridad energética real como sociedad? ¿Se está haciendo suficiente para anticipar un futuro eléctrico sostenible y seguro?

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