Zizur Ardoi

Una historia de amor incondicional… en Zizur Mayor

Para unos más, para otros menos, pero no se puede negar que hoy es un día especial para las personas que están enamoradas. Con motivo de la celebración de San Valentín, desde Zizurardoi.com también queremos que sea un día especial y para ello os vamos a regalar…. una historia de amor. Sí, sucedió aquí, en …

Para unos más, para otros menos, pero no se puede negar que hoy es un día especial para las personas que están enamoradas. Con motivo de la celebración de San Valentín, desde Zizurardoi.com también queremos que sea un día especial y para ello os vamos a regalar…. una historia de amor. Sí, sucedió aquí, en Zizur Mayor, pero hace muuuucho tiempo. Nos tenemos que remontar casi medio milenio atrás. Pasen y lean… y disfruten de este bonito romance entre Pedro y Catalina.

En 1577, el criminal Pedro de Aramburu estaba preso en las Cárceles Reales de Pamplona. Este personaje había sido durante tres años sirviente en la casa de Tomás de Goñi, vecino de Zizur Mayor. Al parecer, mientras servía a su amo, tuvo tiempo de enamorarse de su hija, Catalina de Goñi. Pero el padre de Catalina no debió de considerar que el tal Pedro podía ser un buen yerno, no tanto como persona, pues eso no contaba mucho en esos tiempos, sino como compañero de mesa y de negocios.

Pedro tal vez fuera un bastardo y además era un simple criado, y eso no era de recibo en una sociedad regida por el linaje, la estirpe y la clase. Así que, aunque Catalina dio muestras de enamoramiento, en cuanto el padre se enteró, lo echó de la casa sin más contemplaciones.

Pedro Aramburu se refugió en el lugar de Guenduláin, donde estuvo viviendo siete meses y de donde apenas salía. Mientras tanto, Catalina de Goñi seguía enamorada de su amado y sirviente, y partió en su busca. No lo encontró en Guenduláin, pero alguien le dijo que se encontraba en la casa de la orden de San Juan de Jerusalén en Cizur Menor.

Parece ser que después de negociar con los sanjuanistas se quedó junto a él, pero, según su propio testimonio, «sin tener relaciones plenas», cuestión ésta de gran trascendencia en aquella época. Sin embargo, la noche siguiente durmieron juntos y Catalina perdió la virginidad.

Cuando el padre de Catalina se enteró de la nueva situación no admitió a su hija y la encerró en casa a modo de reclusión forzada durante veinte días hasta que ella, harta, logró escapar y llegar hasta el «lugar de Xavier», que era el lugar al que había ido Pedro Aramburu a refugiarse.

Ya juntos, emprendieron camino hacia otros territorios donde poder amarse sin contratiempos ni vigilancias. Celebrados los esponsales, «públicamente de mano de sacerdote y precediendo las denunciaciones», contrajeron matrimonio en la iglesia de la villa de Sos del Rey Católico.

Sin embargo, la pareja tuvo que esperar un tiempo para ser feliz. Y es que Pedro fue detenido y acusado de matrimonio clandestino y llevado a las Cárceles Reales de Pamplona situadas en la plaza de San Francisco. Ése era el precio por desafiar las normas familiares. Tras un largo proceso, fue liberado, y Catalina le declaró su amor incondicional.

Hasta aquí la historia de Pedro y Catalina. Quién sabe si alguien contará la tuya dentro de 500 años. ¡Feliz San Valentín!

Fuente: zizurmayor.es

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