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Vecinos de lo Viejo proponen un nuevo modelo de Mercado de Santo Domingo como servicio público y espacio de encuentro

“El mercado que tejemos juntas” recoge 81 recomendaciones surgidas de un Encuentro Ciudadano pionero que reclama frenar la “gourmetización”

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  • Una de las reuniones del grupo de trabajo -

La Red Comunitaria AZ presentó este martes en PLAZARA! el informe “El mercado que tejemos juntas”, resultado de meses de trabajo deliberativo en torno al presente y futuro del Mercado de Santo Domingo de Pamplona-Iruñea. El documento sintetiza el Encuentro Ciudadano impulsado por la red vecinal del Casco Viejo, que ha funcionado como un laboratorio de democracia deliberativa inspirado en las asambleas ciudadanas por el clima pero adaptado a la escala del barrio.​

El proceso ha combinado mesas redondas abiertas con personas expertas y cuatro sesiones de trabajo con un grupo diverso de 20 participantes seleccionados entre 71 personas inscritas, priorizando la calidad del debate y la pluralidad de miradas sobre la representatividad masiva. En este marco se ha construido un relato compartido sobre el mercado como infraestructura de abastecimiento esencial, pero también como pieza clave de la identidad, la sociabilidad y la economía local del Casco Viejo.​

Riesgo de “gourmetización” y defensa del bien común

El informe sitúa al Mercado de Santo Domingo ante una encrucijada marcada por la turistificación del Casco Viejo, los cambios en los hábitos de consumo y las estrategias municipales ligadas al turismo gastronómico. Entre otros elementos, se advierte del riesgo de que el mercado evolucione hacia un espacio “gourmet” orientado al consumo in situ y al visitante, como ha ocurrido en otros mercados históricos del Estado, desplazando su función de plaza pública para la alimentación cotidiana del vecindario.​

Frente a esta deriva, el Encuentro Ciudadano reclama blindar el carácter de servicio público del mercado y entender la alimentación “como un derecho y no como una mercancía”, en línea con los compromisos asumidos por Pamplona en el Pacto de Milán sobre políticas alimentarias urbanas. Las personas participantes reivindican el mercado como bien común y como herramienta estratégica para impulsar sistemas alimentarios más sostenibles, inclusivos y de proximidad.​

81 recomendaciones para un mercado de abastos vivo

El corazón del informe lo constituyen 81 recomendaciones consensuadas, agrupadas en ocho grandes ámbitos: principios y valores, planificación, gobernanza, gestión interna, oferta de productos, compradoras, actividades comunitarias y comunicación. El proceso partió de 151 propuestas iniciales, que fueron depuradas, agrupadas y sometidas a un sistema de votación ponderada para recoger tanto consensos amplios como disensos manifiestos.​

Entre las recomendaciones con mayor consenso destacan la exigencia de construir un modelo de mercado municipal como servicio público basado en la alimentación consciente, el trato justo y la participación comunitaria, así como “recuperar la esencia del mercado de abastos” priorizando los puestos de alimentación frente a otros usos. También se subraya la necesidad de garantizar una oferta de productos básicos accesibles y evitar la “gourmetización”, reforzando el producto local, de temporada y de cercanía como seña de identidad frente a las grandes superficies.​

Gobernanza compartida y modernización sin perder la esencia

Una de las apuestas más claras del documento es avanzar hacia un modelo de gobernanza público-comunitaria que implique de forma estable a Ayuntamiento, comerciantes, productores, redes vecinales y ciudadanía. El informe propone actualizar la ordenanza de mercados municipales —sin cambios desde 1982— y crear una mesa de seguimiento multiactor, así como una asociación o “grupo motor” abierto a comerciantes y vecindario que dinamice actividades y canalice propuestas.​

En el plano de la gestión interna, se plantean cambios concretos: adaptar horarios a las realidades laborales actuales con más aperturas de tarde, facilitar el relevo generacional en los puestos, mejorar los servicios de pedidos y recogida y explorar figuras de dinamización presentes a diario en el mercado. Todo ello acompañado de una renovación estética y de accesibilidad que mejore limpieza, iluminación y confort, pero “sin que la modernización cambie la esencia” del espacio.​

Mercado como espacio comunitario y relato compartido

El informe reserva un bloque relevante a las actividades comunitarias y a la comunicación, con el objetivo de abrir el mercado a nuevas funciones sociales y culturales. Se propone utilizar espacios infrautilizados y anexos para talleres de cocina, educación alimentaria, ferias de productores locales o programas con infancia y juventud, reforzando su papel como lugar de encuentro cotidiano y no solo de compra.​

En comunicación, se plantean campañas de difusión sobre horarios y servicios, una imagen de marca vinculada a cercanía y vida comunitaria, más presencia digital orientada al público joven y un relato que visibilice las historias humanas detrás de los puestos. La publicación de “El mercado que tejemos juntas” abre ahora una nueva fase de devolución del informe a comerciantes, participantes, instituciones y vecindario, con la vista puesta en que sus conclusiones alimenten un futuro plan estratégico del Mercado de Santo Domingo participado por todos los agentes.​

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