Días después de finalizar las fiestas de San Fermín, se procedió a colocar la escultura de toros de chapa que, durante todo el año, vigila los corrales de Santo Domingo. Durante un tiempo, la disposición de la escultura ha generado cierta inconformidad y confusión, ya que estaban orientados hacia el río Arga y se encontraban posicionados delante del vallado. Además, los tornillos que sujetaban los toros de chapa a la estructura eran claramente visibles, afectando la estética general.
Esta misma mañana, los operarios han iniciado la recolocación de la estructura para restablecer la orientación correcta de los toros. Ahora, los elementos han sido ajustados de manera que no solo siguen el recorrido tradicional del encierro, sino que también se integran de forma más estética con el entorno.