Renovarse o morir. Esta frase la dijo Miguel de Unamuno referida al progreso. La sociedad de hoy en día la tiene más que asimilada y la utiliza siempre que se quiere dar un paso adelante desde una condición de inercia, tanto en la vida personal, como en la vida empresarial.
En lo que se refiere a la segunda, es el trabajo en marketing el que intenta renovar para no morir, estudiando nuevas estrategias y herramientas. La digitalización con la posibilidad de hacer un email masivo o también llamado mailing, trae consigo nuevas oportunidades de contacto con clientes potenciales, pudiendo enriquecerlo con una buena calidad de la comunicación.
Internet ha cambiado la forma de hacer las cosas, de relacionarse con el cliente y de dirigirse a él ya que, a causa de un mayor acceso a información y competencia, los consumidores o usuarios son mucho más volátiles y la fidelización no se entiende tan fácil como hace un par de décadas.
En este sentido, para conseguir una cierta recurrencia, se debe acompañar al cliente desde el primer contacto hasta el último y no dejarlo ahí alargando su experiencia. El uso de píldoras para recordar que se está ahí es cada vez más común por los buenos resultados que suele tener.
La actitud, clave del éxito
Pero el uso de píldoras de contacto recurrentes a través de newsletter y emailing es sólo un ejemplo de todo lo que se puede hacer para intentar provocar y conquistar al cliente, sin embargo no hay que olvidar que todo es cuestión de actitud.
Con independencia del uso de herramientas o las acciones que se puedan llevar a cabo, la actitud es clave. La sonrisa, el optimismo y la energía positiva se percibe más allá de la pantalla o del propio producto, con lo que debería ser el punto de partida para todo, comenzando con transmitirlo a quienes forman parte de la empresa.
Y además, algunas ideas para renovarse continuamente:
- Creación de comunidad. Las redes sociales son el medio de comunicación directo con los clientes, con los potenciales, con los actuales e, incluso, con los llamados haters. Elegir un lenguaje adecuado, acorde con la marca y hacer una comunicación fluida con contenido de calidad basada en la escucha activa, es fundamental para provocar un cierto sentido de pertenencia. Y ojo, plataformas de mensajes instantáneos como Telegram comienzan a pisar fuerte.
- Realización de concursos a través de influencers. Esta es una opción cada vez más utilizada, pero que sigue funcionando muy bien. ¿Quién no ha empezado a seguir a una marca porque lo dice el o la influencer de turno? Da notoriedad y valida lo que representa la marca. Eso sí, hay que elegir a la persona muy bien, que sea congruente con los valores que se quieren representar.
- Acción local. Cada vez se está empezando a dar más importancia a lo local y esta tendencia se está acelerando con el estallido de la pandemia. Dependiendo de la naturaleza del producto o servicio que se oferta, esta acción será más o menos fácil llevarla a cabo. Desvirtualizar de vez en cuando la marca, con una suerte de showroom temporal puede ser una muy buena opción.
