Fue en 1969 cuando Cirilo Iracheta y su esposa Gloria, llegados desde Berbinzana junto con sus hijos y yernos, Maruja y Agustín, y Mari Carmen y Juan, abrieron dos de los comercios con más solera de Berriozar en dos pequeñas bajeras de la calle Nuestra Señora de Aránzazu de lo que entonces se denominaba ‘el polígono’, la nueva urbanización en las cercanías de la carretera de Gipuzkoa de Berriozar
En aquel momento se acababan de entregar las primeras viviendas de las nuevas promociones, y cientos de nuevos vecinos y vecinas llegaban a Berriozar procedentes de muchos rincones de Navarra y de todo el país.
Poco a poco, las dos bajeras una dedicada a ultramarinos y la otra a panadería se fueron haciendo más grandes, y dieron paso a dos comercios diferenciados: Casa Iracheta y Pastelería Gloria, que abrió su propio obrador de pan y cafetería a principios de los 90.
Ambos comercios han sabido adaptarse a los nuevos tiempos, y recientemente han emprendido reformas para ofrecer una nueva imagen, con el mismo servicio familiar y de cercanía a una clientela siempre fiel, pese a la apertura de nuevos centros comerciales y supermercados en Berriozar.
Ahora, 50 años después, desde Pastelería Gloria y Casa Iracheta han querido celebrarlo con los vecinos y vecinas con una jornada festiva este domingo donde la animación la pusieron desde la Comparsa de Gigantes y Cabezudos y una batukada. Un importante ágape dulce y salado para todos, con reparto de regalos y chucherías para los numerosos txikis que disfrutaron de una celebración ‘gigante’.
